Como explican Anna Cohen y su equipo, del Instituto de Neurología del Queen Square Garden de Londres (Reino Unido), la inhalación de oxígeno al 100% de pureza es una de las primeras opciones que se baraja para paliar los síntomas de un ataque agudo. Pese a que esta técnica ya se había probado en algunos pequeños ensayos y está incluido en algunas guías de práctica clínica, era necesario un gran estudio clínico que avalase su uso.
Y las conclusiones obtenidas por estos investigadores en un grupo de 109 personas entre los años 2002 y 2007 avalan la eficacia y seguridad de este abordaje. Los pacientes del estudio recibieron oxígeno puro a través de una mascarilla a un ritmo de 12 litros por minuto durante al inicio de un ataque agudo de cefalea en racimos. Frente a las personas que recibieron un placebo (una simple inhalación de aire), los sujetos tratados con oxígeno mostraron un evidente alivio de sus síntomas al cabo de un cuarto de hora.
Como aclara a ELMUNDO.es el doctor Jesús Porta, miembro de la Sociedad Española de Neurología (SEN), la inhalación de oxígeno puro a través de una mascarilla es “mano de santo” para estos pacientes y es una opción que viene utilizándose desde hace años. “Hasta ahora se utilizaba mayoritariamente en los servicios de urgencias, pero la aparición de dispositivos portátiles está favoreciendo su uso domiciliario“, explica por su parte el coordinador del grupo de cefaleas de la SEN, el doctor Samuel Díaz Insa.
Alternativa a los fármacos
El oxígeno, añade Porta, puede ser una buena opción para los pacientes en quienes está contraindicado el uso de sumatriptán (un fármaco de la familia de los triptanos); la primera elección farmacológica para un ataque agudo y cuyo coste puede ascender hasta los 180 euros al mes. Este medicamento se inyecta por vía subcutánea y empieza a hacer efecto en tan sólo 15 minutos; sin embargo, como aclara el estudio, está contraindicado en pacientes con enfermedad isquémica y su uso debe limitarse a dos inyecciones al día. “Los pocos pacientes que tratamos con esta rara cefalea están acostumbrados a llevar encima o a tener a mano en casa la inyección para poder administrársela en caso de una crisis aguda”, explica Díaz Insa.
Por eso, la publicación de esta nueva investigación supone un respaldo científico que permitirá promover el uso del oxígeno inhalado; como indican los propios autores en las páginas del JAMA: “Este estudio doble ciego trata de establecer la respuesta a una cuestión que dura ya 25 años; y demuestra que es efectivo y que puede fomentarse su uso”. Además, como coincide con ellos el especialista español, se trata de una terapia absolutamente segura y sin efectos secundarios; puede usarse varias veces al día sin problema y en caso de que sea necesario puede combinarse con otros tratamientos farmacológicos para abortar los ataques agudos.
La aparición del sumatriptán inyectable hace 15 ó 20 años hizo que el oxígeno perdiese parte de su protagonismo en el tratamiento de estas cefaleas, como aclara el doctor Díaz Insa; aunque los nuevos equipos portátiles lo han vuelto a sacar al primer plano.
Este dolor de cabeza unilateral (cuyos ataques pueden llegar a durar más de una hora) es más frecuente en hombres que en mujeres, y no tiene hoy por hoy una causa clara. La cefalea en racimo puede ir acompañada de lagrimeo, enrojecimiento de la nariz, agitación y náuseas y en los foros de pacientes afectados por este trastorno neurológico hay quien lo describe como “ese cuchillo al rojo vivo que atraviesa el ojo”. Según Cohen, el trastorno tiene una prevalencia del 0,3% en la población general.
Hasta ahora, reconocen, la falta de ensayos clínicos de calidad había limitado la generalización de la oxigenoterapia, por lo que “es difícil de saber cómo de extendido está su uso”. A su juicio, este trabajo abre la brecha para que otros estudios demuestren cuál es el mejor modo y dosis de administrar el oxígeno, “ofreciendo una alternativa basada en la evidencia para los pacientes cardiópatas que no pueden tomar los triptanos”.